La sensación de frío tiene que ver con la velocidad a la que perdemos el calor de nuestro cuerpo. El agua conduce el calor mucho mejor que el aire y hace que lo perdamos más rápidamente. Por eso si nos bañamos en agua a 32 grados º c nos sentimos muy bien y en cambio, la misma temperatura en el aire nos da la sensación de estar ¡¡asándonos!!
Si te acurrucas, se reduce el área de tu cuerpo en contacto con el exterior, lo que hace que disminuya la pérdida de calor.
Si soplamos suavemente con las manos cerca de la boca, el aire caliente que sale de nuestros pulmones se pone en contacto con las manos, que están más frías, calentándolas.
En cambio si soplamos a mayor distancia, el aire de la habitación, que está más frío, se mezcla con el aire que sale de los pulmones y al llegar a las manos las enfría.
El calor puede transmitirse de tres formas diferentes: conducción, convección y radiación. Aunque las tres se dan a la vez, en cada situación tiene más importancia una de ellas.
Sentimos frío cuando nuestro cuerpo pierde calor. Cuanto mayor es la velocidad a la que perdemos calor, mayor es también la sensación de frío.
Cuando perdemos calor a través de la piel la convección suele ser decisiva. Esta forma de transmisión del calor se produce por corrientes en el interior de los gases y líquidos. Estas corrientes se producen por la diferente densidad que tiene el aire caliente en relación al aire frío.
Si en un recipiente transparente con agua que está calentándose ponemos unas gotas de colorante observaremos las corrientes de convección. El agua del fondo se calienta y sube dejando su lugar al agua que baja de la superficie del recipiente.
Si movemos el agua que se está calentando, provocamos convección forzada, es decir, el calentamiento se produce más rápidamente. De la misma forma si ponemos un ventilador frente a un radiador la habitación se calentará mucho más deprisa.
La pérdida de calor debida a la convección forzada depende de la velocidad de la corriente de aire, cuanto más rápido circule el aire más rápido cambiará de temperatura.
En el interior de cualquier sólido, el calor se transmite por conducción. Los metales son muy buenos conductores, se calientan muy rápido, mientras que los tejidos con los que nos vestimos y con los que se hacen las mantas son muy malos conductores.
Una manta no "da calor" sino que impide que perdamos el calor por ser mala conductora. También dificulta las pérdidas por convección al evitar las corrientes de aire.
La radiación es la tercera forma en que el calor puede transmitirse.
Todos los cuerpos emiten y absorben calor en forma de radiación. En general cuanto mayor es la temperatura mayor será también la energía radiante emitida. Una gran parte de la energía de la Tierra proviene de la radiación solar.
Cuando una superficie absorbe bien la radiación que recibe la vemos de color negro. Con las superficies blancas ocurre al revés, no absorben prácticamente nada de la radiación que reciben.
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