¿Te gusta bailar Pues practícalo, porque además de ser divertido y relajante, te pone en forma y ayuda mantener una buena figura. Danza del vientre, salsa, flamenco, tango, hip hop, swing, bachata, merengue, reguetón y hasta polka son algunos de los estilos que puedes aprender en gimnasios o academias mientras haces ejercicio sin darte cuenta.

Al bailar ejercitamos todos los grupos musculares importantes y, al ser una actividad de baja intensidad, se puede aguantar una sesión larga sin notar la fatiga, con lo que el factor "quemagrasas" está asegurado. Además, como cualquier actividad aeróbica, contribuye a mejorar el sistema cardiovascular y respiratorio, los órganos digestivos, la flexibilidad muscular, la movilidad en las articulaciones y la coordinación física, además de eliminar líquidos y toxinas, combatir la flacidez y reducir estrés y tensiones.

Eso sí: hay que bailar con pasión, energía y disciplina, con una constancia de al menos tres veces por semana en sesiones de al mínimo 45 minutos para notar todos los beneficios. Por ello, es aconsejable apuntarse a clases o realizar la actividad en grupo, que es más divertido, para ayudar a vencer la pereza. También se puede optar por especialidades que se desarrollan en muchos gimnasios como el spinning, una actividad que se realiza con una bicicleta estática al ritmo de la música, o el body pump, que incluye movimientos con pesas. Y por supuesto, también puedes practicarlo en casa, con vídeos, o lanzarte a las pistas de baile de tu ciudad. ¡Tu cuerpo y tu humor te lo agradecerán!