Llega el verano y además de pensar en las vacaciones, también llega el momento de tener el coche a punto, y por supuesto los neumáticos.
Existen muchas marcas y tipos de neumáticos con muchas cualidades pero hay un aspecto que queremos destacar. La eficiencia energética.
Si escogemos los neumáticos adecuados y tenemos en cuenta una serie de recomendaciones, podemos conseguir ahorrar en combustible, o dicho de otra manera, que no gastemos más de la cuenta. Todo esto sin olvidar que los neumáticos son el único punto de apoyo de nuestro coche con la carretera y tienen vital importancia en el comportamiento del vehículo.
Factores que influyen el consumo del carburante del vehículo

Presión de inflado: tenemos que poner la presión correcta que marca el fabricante del vehículo, una presión distinta a la establecida aumentará el consumo de combustible y limitará el comportamiento del neumático, así como su duración.

Desgaste anormal: los neumáticos pueden sufrir un desgaste desigual si las cotas de dirección y suspensión (lo que tradicionalmente se conoce como alineado o paralelo) son incorrectas.

Estado de los neumáticos: si los neumáticos se encuentran en un estado de desgaste avanzado, su agarre es peor y esto obligará a realizar correcciones durante la conducción del vehículo, ya sean automáticas (controles de tracción y estabilidad) o por parte del conductor, aumentándose por tanto el consumo.

Tipo de neumático: Dentro de un mismo fabricante podemos encontrar distintas gamas de modelos en función del uso para el que han sido diseñados. Si seleccionamos un modelo de neumático enfocado a la eficiencia energética, tendrá un compuesto y un dibujo orientado al ahorro de combustible.

Etiqueta Europea: desde hace unos meses, todos los neumáticos deben venir con su correspondiente Etiqueta Europea. En ella uno de los factores que se valoran es el ahorro de combustible, con valores que pueden ir de la A a la G, donde la A indica los neumáticos con menor consumo. La diferencia de consumo entre la A y la G puede ser de 0,5l por cada 100 kilómetros.
Finalmente hay un aspecto que muchas veces pasamos por alto cuando nos referimos al ahorro. Si un neumático tiene una mayor duración kilométrica, nos permitirá retrasar el cambio de ruedas y por tanto estaremos obteniendo una relación coste/kilómetro mejor. Además, estaremos ayudando a generar menos residuos para el planeta, ya que todos los neumáticos deben ser reciclados al final de su vida útil.
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