Hay varias inquietudes entre las personas que quieren iniciar un negocio: quiero tener una empresa pero no sé por dónde empezar, mi idea de negocio es buena pero no sé cómo desarrollarla, tengo la financiación necesaria pero no sé a donde ir, entre otras.

Es sabido que todo proyecto empresarial empieza con una buena idea. A veces se corre con la suerte de pensar en algo totalmente novedoso y original que no existía en el mercado; en otras ocasiones, la propuesta consiste en mejorar o transformar un producto o servicio. Esto en últimas depende de la creatividad, el interés y el entusiasmo que se le imprima.

Consciente de los intereses e inquietudes de las nuevas generaciones y de que cada vez cobran mayor fuerza las pequeñas y medianas empresas en el país, hay tendencias, y nuevas guías que indican cómo crear su propia empresa. Todo lo que una persona necesita saber antes de animarse a hacer realidad su deseo de tener un negocio propio.

Aquí, algunas recomendaciones:

  1. El punto de partida para un proyecto empresarial no sólo radica en la creatividad. Encontrar nichos de mercado poco explorados, necesidades insatisfechas e iniciativas novedosas contribuye a garantizar el éxito de una pequeña o mediana empresa.
  2. Para seleccionar las mejores ideas es bueno pedir el consejo de un experto.
  3. Hay numerosas fuentes de ideas de negocio. Las más efectivas son las personales (motivacionales, intereses, gustos, debilidades, experiencias); los estudios sobre determinados sectores empresariales; la información proveniente de tendencias de consumo y los desarrollos de la que podría llegar a hacer la competencia; asistir a ferias y leer revistas especializadas.
  4. Escoja por lo menos cinco ideas que hayan resultado ser atractivas y confróntelas para escoger sólo una.
  5. Al redactar la idea de negocio tenga en cuenta responder a las siguientes preguntas: qué necesidad satisface y a quién.
  6. Lleve una libreta de anotaciones con las ideas de negocio que vayan surgiendo. Generalmente, la inspiración no llega por sí sola, así que es bueno recurrir a la experiencia empresarial que se haya tenido, a las necesidades que siente que el mercado no le ha suplido, a la imaginación y al desarrollo de nuevas tecnologías de la información y comunicaciones.